En los últimos años ha crecido de una manera exponencial el consumo de bebidas energéticas por parte de los jóvenes. Sobre todo en estudiantes, pese a que se haya probado que no tenga relación alguna en la obtención de mejores resultados académicos.
¿Qué son y qué contienen?
Siendo conocedores de la creciente preocupación que levanta esta situación entre la población española, el informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) arrojó datos muy significativos sobre los riesgos asociados al consumo de bebidas energéticas de este tipo.
Y es que debemos de tener en cuenta que se consideran como tales aquellas bebidas que aportan más de quince miligramos de cafeína por cien mililitros de bebida, lo que en un uso desmedido puede provocar efectos fisiológicos graves como la alteración del sueño o del comportamiento, así como diferentes trastornos cardiovasculares.
Normativamente, el Reglamento (UE) 1169/2011 obliga a incluir la siguiente mención en su etiquetado: “Contenido elevado de cafeína: No recomendado para niños ni mujeres embarazadas o en período de lactancia”. Que debe encontrarse en el mismo campo visual que la denominación de la bebida, seguida de una referencia al contenido de cafeína expresado en mg por 100 ml.
Sin embargo, la regulación nacional se limita al Real Decreto 650/2011, de 9 de mayo, por el que se aprueba la reglamentación técnico-sanitaria en materia de bebidas refrescantes, donde se pueden encajar estas bebidas en la categoría de “Otras bebidas refrescantes”, en la cual es posible incorporar la cafeína, entre otras materias primas, con la única limitación que no contenga una cantidad superior al 0,5% en su volumen.
Toma de acción de la Administración Pública
Por ello, las diferentes Administraciones Públicas se han percatado de que el sistema de autorregulación vigente ha resultado del todo ineficiente, pues el consumo solo ha ido aumentado notablemente. A modo de ejemplo, es intención del Ayuntamiento de Barcelona regular la presencia de publicidad de alimentos y bebidas perjudiciales para la salud en el espacio público. Quizás, un poco más lejos ha querido ir el Gobierno de la Xunta de Galicia al anunciar su intención de prohibir la venta de bebidas energéticas para los menores a partir del año 2024, equiparándolas, así, con las bebidas alcohólicas.
Si finalmente se aprueba esta norma, Galicia será la primera Comunidad Autónoma en regular su prohibición entre este grupo etario y seguramente no sea la última. Una vez implementada la misma podremos comprobar si incide de algún modo en el consumo de tales bebidas por parte de los jóvenes o si el resultado es del todo ineficiente.