Según el último estudio realizado por el Banco de España, pese a que el dinero en efectivo aún siga siendo el medio de pago más utilizado, las tarjetas se han convertido en el segundo método de pago elegido entre la población española. Concretamente, un 32% utiliza diariamente las tarjetas por su comodidad, rapidez y seguridad.
Nos encontramos ante un cambio de tendencia directamente vinculado a la edad de las personas que lo utilizan y a las nuevas costumbres derivadas de nuestra sociedad cada vez más digitalizada. Mientras que las personas de más edad se muestran más reacias a abandonar el uso de la moneda física e implantar en su día a día el uso de otros medios, los jóvenes ven mucho más atractivo un sistema más fluido lejos de la moneda física. Este paulatino cambio de tendencia ha hecho que España sea el tercer país de la Unión Europea donde más se ha reducido el uso del efectivo desde el año 2019.
Sin embargo, el uso de la tarjeta puede llevarnos a hacernos una serie de preguntas sobre hechos cotidianos de nuestro día a día.
¿DEBEN LOS ESTABLECIMIENTOS TENER DATÁFONO O TPV?
El datáfono o TPV es un terminal digital que se instala, principalmente por las entidades bancarias, en los comercios para tramitar los pagos mediante tarjeta de sus clientes. Como hemos dicho, ante el aumento del uso de este medio de pago entre la población, muchos establecimientos han decidido incorporar el mismo, además de otros como BIZUM, para facilitar el pago por parte de los clientes.
Sin embargo, la normativa no obliga a que los comercios deban tener datáfono o TPV a disposición de sus clientes. Lo que si recoge el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios es la sanción por la negativa a aceptar el pago en efectivo.
Por ello, si un establecimiento niega la posibilidad del pago en efectivo se puede solicitar una hoja de reclamaciones por parte del consumidor y entregarla posteriormente en los servicios de consumo correspondientes para que comprueben el efectivo cumplimiento de la normativa por parte del mismo.
¿SE PUEDE ESTABLECER UN IMPORTE MÍNIMO PARA EL PAGO CON TARJETA?
Si, los comercios pueden establecer un importe mínimo para el pago con tarjeta, pero para ello deben anunciarlo previamente a través de carteles visibles al público. No obstante, ese límite, tal y como indica el Real Decreto-ley 19/2018, de 23 de noviembre, de servicios de pago y otras medidas urgentes en materia financiera, no puede superar los 30 euros. Lo que tampoco está permitido es añadir recargo alguno al importe cuando se hace el abono mediante tarjeta.
Y es que, según el propio Banco de España, el 16% de los establecimientos sigue exigiendo un pago mínimo de tarjeta de 11 euros de media. Los pequeños comercios son los que más tienden a establecer este límite para aliviar el coste de las comisiones que las entidades bancarias les imponen por el uso de este método de pago. Según los propios datos del Banco de España, la comisión media aplicada a los comercios se sitúa en el 0,37%; lo que ha hecho a las entidades bancarias más de 703 millones de euros por ello con un volumen de ventas con tarjeta de 195.246 millones.
¿HAY ALGÚN LÍMITE PARA EL PAGO EN EFECTIVO?
La Ley 11/2021, de 9 de julio, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal rebajó el importe de los pagos efectivo desde los 2.500 euros a los 1.000 euros, o su contravalor en moneda extranjera. El objetivo, según la propia norma, está “dirigida a profundizar en la lucha contra el fraude fiscal”.
No obstante, curiosamente, este límite se aumenta hasta los 10.000 euros, o su contravalor en moneda extranjera, cuando quien abone la misma sea una persona física que justifique que no tiene su domicilio fiscal en España y no actúe en calidad de persona empresaria o profesional.
Resulta conveniente tener claros ciertos conceptos y limitaciones a la hora de actuar en las relaciones comerciales de nuestro día a día para conocer de una mejor forma nuestros derechos.